La cultura y el género están intrínsecamente relacionados. La manera en que entendemos y vivimos el género es el resultado de procesos históricos, sociales y simbólicos que varían según la época y la sociedad. Desde la antropología, la sociología y los estudios culturales, numerosos autores han analizado cómo la cultura moldea las identidades de género y, a su vez, cómo las representaciones de género transforman la cultura.
Este artículo explora la relación entre cultura y género desde diversas perspectivas teóricas, examinando cómo se construyen las identidades de género, el papel de la cultura en la reproducción de normas y desigualdades, y los cambios recientes impulsados por los movimientos sociales.
1. Construcción cultural del género: Más allá del determinismo biológico
El género no es una característica biológica inmutable, sino una construcción social. Simone de Beauvoir (1949) expresó esta idea de manera contundente en El segundo sexo con su famosa frase: “No se nace mujer: se llega a serlo”. Para Beauvoir, el género no es solo una cuestión de sexo biológico, sino una identidad configurada por la cultura, las normas sociales y las instituciones.
En la misma línea, Judith Butler (1990) argumentó en Gender Trouble que el género es performativo: no es algo que tengamos, sino algo que hacemos a través de actos repetitivos que refuerzan normas culturales. En otras palabras, la manera en que nos comportamos, vestimos o hablamos no es “natural”, sino el resultado de una serie de expectativas impuestas socialmente.
Desde la antropología, Margaret Mead (1935) demostró la variabilidad cultural del género en su estudio Sex and Temperament in Three Primitive Societies, donde analizó sociedades en las que los roles de género eran muy distintos a los de Occidente, desafiando la idea de que las diferencias entre hombres y mujeres son universales.
El papel de la cultura en la construcción del género
La cultura juega un papel central en la definición de lo que significa ser hombre o mujer en diferentes contextos. Desde la literatura y el cine hasta las tradiciones religiosas y las políticas públicas, las representaciones de género configuran lo que se considera aceptable o transgresor en cada sociedad.
Por ejemplo, en muchas sociedades occidentales del siglo XIX, la feminidad estaba asociada a la domesticidad y la pasividad, mientras que la masculinidad se vinculaba con la fuerza y la razón. Estas representaciones han cambiado con el tiempo, pero siguen influyendo en cómo se percibe el género en la actualidad.
2. Cultura y desigualdades de género: Entre la reproducción y la resistencia
Las estructuras culturales no solo modelan las identidades de género, sino que también reproducen desigualdades. Pierre Bourdieu (1998) en La dominación masculina argumentó que las diferencias de género están profundamente arraigadas en el habitus, es decir, en las disposiciones inconscientes que moldean nuestras prácticas cotidianas. Estas normas culturales refuerzan la subordinación de las mujeres y la jerarquización de lo masculino sobre lo femenino.
Desde la psicología, Carol Gilligan (1982) en In a Different Voice analizó cómo los sistemas de valores en la sociedad han privilegiado una ética de la justicia asociada a los hombres, mientras que las formas de cuidado y empatía, más comunes en las mujeres, han sido desvalorizadas.
Las normas de género también han sido analizadas en el ámbito del trabajo y la economía. Nancy Fraser (1997) en Justice Interruptus propuso que la lucha por la igualdad de género debe combinar la redistribución de recursos con el reconocimiento cultural, ya que los problemas de género no solo son económicos, sino también simbólicos y sociales.

Resistencias y transformación cultural
Si bien la cultura ha sido un mecanismo de reproducción de desigualdades, también ha sido un espacio de resistencia y cambio. Movimientos feministas, LGBTQ+ e indígenas han cuestionado las normas de género establecidas, promoviendo nuevas formas de entender la identidad y la expresión de género.
Por ejemplo, el auge de la teoría queer en las últimas décadas ha desafiado la idea de que el género es un binario fijo. En lugar de concebirlo como dos categorías opuestas (hombre/mujer), muchos estudios contemporáneos lo entienden como un espectro fluido.

3. Género, medios y cultura popular: Representaciones en transformación
Los medios de comunicación y la cultura popular han sido herramientas poderosas en la configuración y deconstrucción de las normas de género. Tradicionalmente, la publicidad, el cine y la televisión han reforzado estereotipos de género, promoviendo una visión limitada de la feminidad y la masculinidad.
Sin embargo, en las últimas décadas hemos visto cambios significativos en la representación del género en los medios. Personajes femeninos más complejos, representaciones más diversas de la masculinidad y visibilidad de identidades no binarias han ganado espacio en la cultura popular.
Autores como Stuart Hall (1997) han analizado cómo los discursos mediáticos construyen significados culturales y cómo estos pueden ser reconfigurados a través de la resignificación y la resistencia. En este sentido, la cultura no es estática, sino un campo de lucha donde se disputan las representaciones de género.
Conclusión: Hacia una cultura más inclusiva y diversa
La relación entre cultura y género es dinámica y está en constante transformación. Aunque las normas culturales han sido un mecanismo de reproducción de desigualdades, también han permitido la emergencia de nuevas identidades y formas de expresión.
Comprender cómo la cultura configura el género es clave para desarrollar políticas y prácticas más inclusivas que reconozcan la diversidad de experiencias y realidades. En un mundo en el que las fronteras de género son cada vez más cuestionadas, el reto es construir una sociedad donde la identidad de cada persona sea respetada y celebrada en su multiplicidad.
Bibliografía
- Beauvoir, S. de. (1949). Le deuxième sexe. Gallimard.
- Bourdieu, P. (1998). La domination masculine. Seuil.
- Butler, J. (1990). Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity. Routledge.
- Fraser, N. (1997). Justice Interruptus: Critical Reflections on the “Postsocialist” Condition. Routledge.
- Gilligan, C. (1982). In a Different Voice: Psychological Theory and Women’s Development. Harvard University Press.
- Hall, S. (1997). Representation: Cultural Representations and Signifying Practices. Sage.
- Mead, M. (1935). Sex and Temperament in Three Primitive Societies. William Morrow.
Cómo citar este artículo: González, A. (2025). Cultura y género: Una relación en constante construcción. https://aliciaglz.com/
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